CRISTAL
En el corazón de un bosque olvidado se alzaba un árbol solitario. Anhelaba tanto la compañía que lloró sin cesar, no en lluvia ni en lágrimas, sino en preciosas gotas congeladas de escarcha.
Durante años, las lágrimas del árbol pasaron desapercibidas, hasta que un día SACH se adentró en el bosque buscando consuelo en el abrazo de la naturaleza.
Quedó tan cautivada por las lágrimas brillantes que las recogió con cuidado y las llevó a su pequeño taller. Con habilidad e imaginación, transformó la escarcha en exquisitas joyas que parecían capturar la esencia del árbol, nunca más estaría solo.